Hoy los voy a adentrar en las diferentes clases de magia, es decir los distintos fines u objetivos que persigue el operador (el mago) al realizar un trabajo mágico o espiritual. Un mago es aquel que, desde tiempos remotos, ha aprendido a usar la fuerza oculta que provoca los fenómenos naturales… ¿Qué significa esto? La fuerza oculta que nos mantiene vivos es la energía universal, la misma que alienta la vida del universo entero, es una fuente inagotable que nos provee infinitamente.
El mago sabe leer en las estrellas el porvenir, sabe sobre la ley de los ciclos y transformaciones y estudia y descubre sobre la energía presente en todas las cosas.
El mago sabe leer en las estrellas el porvenir, sabe sobre la ley de los ciclos y transformaciones y estudia y descubre sobre la energía presente en todas las cosas.
Obviamente la magia blanca es aquella empleada para lograr fines altruistas: ayudar a un enfermo, lograr que alguien libere su camino y pueda alcanzar un cierto grado de plenitud o logro material (dinero, trabajo).
La magia roja, a mi entender, tiene aristas que rayan en lo prohibido: magia del amor, ya he dicho que no es bueno excitar la pasión de alguien para conseguir que vuelva con una persona a quien abandonó…
La magia negra, lamentablemente consiste en realizar rituales para causar daño deliberadamente a una persona, ya sea por despecho, venganza o para lograr algún avance a nivel material (por ejemplo, hacer que despidan a alguien de su trabajo para heredar su puesto).
La misa negra es una parodia de la misa cristiana y se inicia en la Edad Media en los famosos aquelarres (reuniones de brujos). Como dije anteriormente es un culto a Satán que se realiza con el fin de obtener beneficios personales a costa del sacrificio de otros.
Estas sectas han llegado hasta nuestros días lamentablemente. Aún hoy hay sacrificios humanos al Rey de las Tinieblas en donde se ofrecen vidas humanas a cambio de favores de Lucifer.
En la próxima entrega hablaré de los elementos necesarios para los actos mágicos: velas, inciensos, colores, vestimenta, lámpara, cáliz, varita, pergaminos. Todos estos son elementos sumamente valiosos e irreemplazables a la hora de emitir un hechizo o encantamiento o ritual y son de uso personal estricto. Esto significa que deben ser consagrados y utilizados nada más que por nosotros, lo mismo que las cartas de tarot, las cuales sólo pueden ser tocadas por otros en el caso en que los clientes que llegan a nuestra consulta.
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