En la época del imperio romano, las personas embellecían su cuerpo y vestimenta con ellas y también las aplicaban a los muebles del hogar, pues tenían la creencia de que los protegía de la envidia. Para los chinos, las perlas procedían del cielo, y caían a la tierra en forma de gotas de agua, al momento en que los dragones luchaban entre sí. En diversos períodos se relacionó a estos objetos con las lágrimas, tanto sea de dioses como de las personas, por lo que en el medioevo no fue tan bien visto su uso.
Hoy en día algunas personas las consideran como símbolos protectores, especialmente quienes se desempeñan en tareas en el mar, utilizándolas para evitar posibles agresiones de los tiburones. En el caso de las bodas, no es conveniente, según algunas creencias, que la novia tenga perlas ya sea en el vestido o en accesorios, pues le traerá mala suerte en el matrimonio. Regalar un anillo que las contenga, podría augurar tristeza con respecto a una relación sentimental. Pero por otra parte, las perlas representan la fidelidad, el amor y la pureza; un collar que contenga un número impar de perlas propaga energía.
En otros tiempos se utilizaban las perlas como arte adivinatorio, lo que se conoce con el nombre de margaritomancia; la técnica consistía en colocar una de ellas en un recipiente boca abajo situado próximo a un fogón, ante las preguntas, si la perla “saltaba” (producto del calor) produciendo un sonido al golpear el fondo del recipiente, se consideraba como una respuesta afirmativa; se empleaba sobre todo para confirmar la autoría de algún robo, mencionando los nombres de los sospechosos.
Este método se puede probar en cualquier caso, realizando preguntas que tengan una respuesta afirmativa o negativa para comprobar su capacidad adivinatoria, ya sea en el amor, trabajo, dinero, etcétera. Además de los significados mencionados, la perla se relaciona a la fuerza femenina y a la Luna.
Comentarios
Publicar un comentario