La magia negra, brujería, o hechicería, como también se le conoce, se define como un grupo de prácticas realizadas por ciertas personas dotadas de ciertos poderes para ocasionar daño mediante la realización de rituales mágicos y otras ceremonias. Es casi tan vieja como la religión y se ha practicado de una forma u otra en todas las regiones del mundo. La ciencia las divide en tres tipos:
- Hechicería: Las prácticas de magia negra más simples de las sociedades primitivas.
- La magia negra diabólica: Relacionada con los cultos satánicos y los demonios.
- Magia negra moderna: Nuevas corrientes neopaganas que practican la magia negra sin rendir culto a Satán.
Pero realmente ¿es tan perjudicial y nocivo el daño causado por esta ciencia oculta? Seguro estarás de acuerdo conmigo que en ocasiones resolver algún problema o causar algún beneficio a alguien conlleva perjudicar en menor o mayor grado a personas o cosas. Veamos un ejemplo: un doctor para evitar la muerte del paciente (mayor daño) opta por hacer la amputación de su extremidad afectada (mal menor).
El daño es subjetivo. Entonces ¿es ético aceptar la realización de un daño menor para impedir uno mayor? No es fácil responder a esta interrogante, para contestar a esto hace falta un análisis profundo de infinidad de factores, valorar disímiles situaciones y en todo caso la respuesta siempre dependerá de la situación específica a considerar y de lo que pensemos que es el beneficio mayor. En ciertas sociedades donde la invocación de demonios y la conjura de espíritus maléficos se miran como una práctica corriente y nada censurable, estos ritos son parte de religiones paganas practicadas por amplios grupos de personas.
La magia negra se encuentra atada a una serie de juicios preconcebidos y arraigados en muchas personas, pero su real significado está más allá de cualquier concepto y su verdadera esencia es bien difícil de entender. En la actualidad la magia negra ha desaparecido casi totalmente, aunque en pueblos menos cultos o naciones de poco desarrollo social, es bastante difundida su práctica. En estas sociedades aquellos que practican la magia negra juegan un importante rol dentro de sus comunidades. El pueblo, al asumir que están dotados por poderes concedidos por seres de otra dimensión y espíritus, le profesa un profundo respeto.
Estos brujos y brujas actuales, a diferencia de sus similares de la antigüedad que hacían el mal, lo combaten, invocan a los espíritus y emplean los poderes a ellos concedidos para curar dolencias, exorcizar demonios, aplacar las fuerzas del maligno e inclusive tratar de destruirlo.
En las últimas dos décadas el interés por la magia negra ha crecido. Han salido a la luz pública numerosos libros sobre estos temas y en todos los países, incluso los de más desarrollo han aparecido personas que pregonan estar dotados con estos poderes sobrenaturales. De cualquier forma, las nuevas corrientes de magia negra ya no rinden culto al diablo y usan estos supuestos poderes ocultos con buenos propósitos y a pesar de que siguen practicando ceremonias ocultas y ritos paganos no perjudican a nadie.
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