Para muchos de nosotros, los sueños y sus significados son una parte incomprensible y poco revelada de nuestra vida diaria. Las sensaciones que podemos llegar a experimentar son tan variadas, misteriosas o repletas de información que mucha gente se pregunta su significado. Pero antes de interpretar lo onírico y sus significados, debemos empezar por “clasificar” los distintos tipos de sueños.
Sueños naturales
Así se llaman aquellas visiones que tienen contenidos superficiales: de entretenimiento, de fantasía. No tienen mensajes ni predicciones del futuro. Contienen información que vemos en la televisión, internet, libros, etcétera. Pueden resultar interesantes, pero en realidad no tienen significado alguno.
Los viajes astrales
En muchas culturas se creía que durante el sueño el alma escapaba del cuerpo y vagaba por éste y otros mundos. Hoy en día a esto se le llama “viaje astral”. Los sueños de este tipo recrean el recorrido que es controlado inconscientemente, pero que mediante algunas técnicas se puede manejar.
Sueños divinos
Sueños otorgados por el o los dioses de cada persona. No es raro tener visiones de este tipo durante el relajo, dado que es cuando estamos más abiertos a comprender los mensajes divinos. Algunas personas llegan a inducir al sueño para comunicarse con sus deidades.
Sueños videnciales
Son aquellos que nos dan información sobre eventos futuros. Estas predicciones son recibidas por el subconsciente, que lo transcribe a símbolos en un ambiente distinto al original. También es posible recibir dicha información de la boca de otra persona, sea conocida o no. Los sueños videnciales son poco comunes, pero es una experiencia que casi todos hemos tenido, sin distinguir raza, sexo, religión o edad.
Sueños telepáticos
La teoría de que algunas experiencias oníricas provengan de pensamientos de otras personas sigue vigente pese a que la telepatía es una materia de estudio bastante controversial. Los sueños de este tipo podrían justificar algunos sueños videnciales.
Los pensamientos enviados por un conocido en problemas explicaría la aguda intuición de algunas personas. Las estadísticas dicen que seis de cada diez personas han tenido experiencias de este tipo. Aún falta mucho por aprender en este campo.
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