A los orishas se les considera embajadores de Dios, Olodumare en la religión yoruba. Cada uno de ellos se distingue por los colores que los representan, los números o marcas, las herramientas, y los ofrecimientos que aceptan para ayudar a los hombres. Originalmente el Panteón Yoruba contaba doscientos uno, pero en el continente americano sólo se han conocido treinta y dos orishas.
Se les asocia con alguna fuerza natural que ellos rigen, por ejemplo a Shangó se le conoce como el dueño del trueno y el fuego. Estas deidades son la adoración de Babalawos y Santeros, los cuales le brindan el rito establecido según su sacralidad.
Los Orishas más conocidos y adorados del panteón yoruba son los siguientes:
- Elegguá o Elegba: Se le considera el amo de las puertas y caminos, es quien las abre y las cierra. Lo identifica el color negro y rojo en contraste con su carácter contradictorio, sus números son el 3 y el 21. Está estrechamente ligado a Orunmila y es el embajador entre los hombres y las divinidades. A pesar de representarse como un niño travieso, es imposible hacer nada sin su consentimiento, por eso es el primer orisha a quien se le da cuentas y se le ofrece sacrificios en cualquier ceremonia.

- Oggún: Es el dueño del hierro, el trabajo rudo y las guerras. Lo identifica el color negro y verde y su número es el 7. Conoce muy bien las técnicas y las tácticas de guerra por eso es utilizado siempre como representante en estos casos. Si Elegguá abre el camino, Oggún quita todo estorbo del medio con su machete. Por eso viven uno al lado del otro.

- Oshosi: Es el tercero de los orishas guerreros. Lo identifica el color amarillo y azul. Tiene un vínculo estrecho con Obbatalá y se considera su traductor. Los que se inician en la religión lo reciben junto a Elegguá, Osun y Oggún ya que brindan especial protección, abren los caminos y los limpian. Es un gran explorador y cazador.

- Obbatalá: Es el padre de todo género humano y de los Orishas. Si bien Olorun es el creador del universo, Obbatalá creó el mundo y la naturaleza humana, es por eso que es el amo de todas las cabezas. Lo distingue el color blanco, aunque a veces se combina con otros colores según su camino. De él emana la pureza, la sabiduría, la compasión aunque sabe imponer la justicia.

- Oya: Representa al viento, los remolinos y vive a la entrada del camposanto. Se le considera Madre del Nueve o Yansá ya que su marca es el 9. Es quien gobierna a los egguns (muertos). Su vestuario se caracteriza por la presencia de 9 colores. Se considera una guerrera al igual que shangó.

- Oshún: Es la soberana de los ríos, arroyos y de toda el agua dulce. Representa la fecundidad, el amor y la abundancia. A pesar de ser la más pequeña de los orishas, mantiene el título de Gran Reina (Iyalodde). Tiene el don de curar con la miel y sus aguas. Es mensajera de Olodumare por ello todo iniciado debe ir al rio a darle cuentas independientemente del orisha que se vaya a asentar en su lerí (cabeza). Su color es el amarillo y su número el cinco.

- Yemayá: Es la reina de los mares. Se considera la madre de todos los orishas y de los humanos, también rige la maternidad. Yemayá y Olokun son la fuente de toda la riqueza, que de forma liberal entregó a su hermana más pequeña: Oshún. Se representa con vestidos o sayas blancas y azules como el mar.

- Changó: El más conocido de los Orishas es el dueño del trueno, el relámpago y el fuego. Aunque también se le atribuyen la danza y los tambores. Personifica la virilidad, tiene un carácter propenso a la ira a pesar de su inteligencia y gran ingenio. Es amante de los placeres mundanos. Su poder para la adivinación es innato a pesar de haber negociado el tablero con Orunmila. Se distingue por los colores blanco y rojo, su número es el cuatro y muchas veces se ve representado por un hacha de doble filo.

- Orunmila: Tiene el poder de la adivinación y el conocimiento. Fue el orisha elegido como testigo de Olorun cuando creó el universo, por lo que también es testigo del desarrollo de nuestro destino. Los Babalawos, sus sacerdotes, deben entregarse por entero a practicar las artes de adivinación y develar mediante el tablero de Ifá los misterios y enigmas universales. Lo representa el color amarillo y verde, los cuales demuestran su estrecha relación con Oshún y con Osayín.
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